
Traducido por Leonor Blánquez
Faltaba por identificar un personaje en los albores del movimiento dadá en Estados Unidos. Es Beatrice Wood (1893-1998), cofundadora, junto a Marcel Duchamp y Henri-Pierre Roché, de la revista The Blind Man y autora del editorial anónimo dedicado a Fontaine, el urinario rechazado en la exposición de la Sociedad de Artistas Independientes (Nueva York, 1917). Pero este episodio, ocurrido cuando Beatrice tenía veintitrés años, no es sino uno más de una biografía marcada por la amistad con algunas de las personalidades más significativas de la cultura de su tiempo, desde el matrimonio Arensberg, coleccionistas y mecenas de arte moderno, al líder espiritual Jiddu Krishnamurti. Beatrice Wood fue aspirante a pintora en el París de principios de siglo, luego actriz en la Nueva York de los años veinte y finalmente ceramista en la California de los cincuenta. Redactada cuando la autora contaba casi noventa años, Me sorprendo de mí misma relata, con dosis iguales de ingenuidad y atrevimiento, una vida empeñada en la búsqueda del ideal artístico y del amor humano. Cuando le preguntaban por el secreto de su longevidad, Wood contestaba: «Le debo todo al arte, el chocolate y los jóvenes».