8 poetas raros. Conversaciones y poemas

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18,00€

Varios Autores

Edición de José Luis Gallero y José María Parreño

Referencia: VAN-005
Una poética oral de cada uno de los autores acompañada de una antología
Edición:
1992, Madrid
240 páginas
Libro tradicional impreso
Distribuido por: Machado Grupo de Distribución y Les Punxes
15,00cm × 2,00cm × 19,00cm
18,00€

Los 8 poetas raros: Miguel Ángel Bernat, Blai Bonet, Pedro Casariego Córdoba, Teresa Gracia, Juan Hidalgo, Carlos Oroza, Joseba Sarrionandia y Eduardo Scala. Una poética oral de cada uno de los autores, acompañada de una antología de sus textos.

 

"Ocho poetas raros podría haberse también llamado, tal como se nos sugiere en el prólogo, Antología de excluidos. Esos ocho excluidos se conducen como seres felices que no participan del «delirio de prestigio», seres solitarios que —excepción del genial Blai Bonet— escriben más bien poco y muchas veces no pueden ni escribir, por hacerlo demasiado en el libro de sus propias biografías... Es asombroso, pero los ocho raros parecen haberse instalado en pequeñitos jardines en la nieve del país de nunca jamás de la poesía española contemporánea. Todos desarrollan su legítima rareza y merecen ser leídos, si es que eso todavía es posible, pues cada día son más raros los lectores y a este paso acabará siendo la operación de leer la actividad más rara de todas".
[Enrique Vila-Matas. Diario 16, 25-06-92]

 

 

"He aquí —anuncian los preparadores de esta Antología— ocho poetas «doblemente raros: por únicos y por desconocidos». Despreocupados —añaden— del éxito, reniegan de la poesía como hecho literario. Todos tienen, a juicio de los antólogos, «algo de cartujos». «Quizás sea la mística —concluyen—, o mejor, el interés por lo sagrado, el elemento que más los vincula entre sí»... Pero no es cosa de perderse en mediciones de audiencia ni de detenerse a discutir una cierta afinidad que, a mi juicio, más que en los caracteres reseñados, consiste en un distanciamiento irónico respecto de la realidad, que revierte sobre la misma escritura... Al cerrar la Antología, uno confirma que, más allá de las uniformidades que los grupos establecidos dibujan sobre el panorama de la poesía española, ésta se halla inmersa en un proceso de reflexión crítica sobre su propio camino. Y eso es bueno".
[Víctor García de la Concha. ABC, 17-07-92]

 

"Como una especie de alternativa al discurso de las nóminas poéticas más o menos oficializadas, se ofrece esta antología, que incluye, además, conversaciones de los editores con los autores seleccionados, entre los que destacan Bonet y Sarrionandía".
[Miguel García Posada. El País, 25-07-92]

 

"El libro convierte en criterio una paradoja —hacer pareja con lo impar, hacer juego, grupo y familia con lo incomparable— y de acuerdo con ella orienta su selección. Quizá aquí resida su indiscutible atractivo, en esta voluntad de agrupar algo que, en sí y por sí, se define absoluto y agenérico. Los dos antólogos lo subrayan: se trata realmente de la actitud y no de las obras. Estos poetas son especiales por la manera señalada en que sobrellevan sus relaciones con la escritura. Esta antología que recoge sus gestos desafiantes no es sólo una posible alternativa a lo habitual y consabido, a lo que no es infrecuente, sino abundante en exceso; es principalmente un libro aleccionador, un libro edificante en el más añejo sentido del término, aquél cuya pérdida tanto lamentaba Michel Leiris. Demasiado lejos se hallan los días en que un escritor era un ser íntegro, casi demasiado puro, sin concesiones al deseo de éxito o a la necesidad económica. Pocos permanecen y resisten todavía, apenas ocho poetas raros, ejemplares, incorregibles".
[Esperanza López Parada. El crítico, 1-09-92]

 

"Esta antología de ocho poetas raros es rara porque el criterio no es ni generacional, ni sexual, ni de tendencias, ni está concebida en aras de un vate iluminador. Los responsables del tomo dicen que uno de los hilos conductores es la preocupación por lo sagrado. Se trataría de una reunión de místicos contemporáneos, cada uno desde posturas muy distintas y nunca confesionales. Todos ellos son personalidades austeras, reniegan de la poesía como hecho literario, y renuncian a una vida poco inspirada".
[Concha García. Sur, 5-09-92]

 

"Los compiladores, seguramente cansados de tanta antología de cartón piedra, hacen valientemente hincapié en dos características: el carácter subjetivo de toda recopilación y el hecho de que una antología no puede ser nunca una obra autosuficiente. Por ese motivo declaran sin ambages que se han dejado guiar, fundamentalmente, por devociones personales y que prescinden de un concienzudo aparato crítico que pueda servir de excusa al perezoso lector para postergar su inaplazable cita con las obras. Desechan por pretencioso el socorrido y obsoleto recurso a las poéticas. Prefieren el socrático método dialógico para asomarse al universo de cada autor. Las entrevistas se tejen con agilidad y viveza casi periodística. Para que no peque de insolencia, esa austeridad constructiva se templa con un toque de elegante sencillez".
[Felipe Muriel. Cuadernos del Sur, 7-11-92]

 

"Se celebra en esta antología a sonoros omitidos o excedentes del escalafón de la poesía. El vínculo entre ellos es su común contaminación de las palabras que explican la vida como una experiencia sacra-ateológica. La geometría del éxtasis de Eduardo Scala; la compasión como apaciguamiento de la fiera de Miguel Ángel Bernat; el conceptualismo mínimo y paradójico de Juan Hidalgo; el huraño fajador del abecedario Pedro Casariego; el arrobo del olor a tribu de Carlos Oroza; la creación como dolor inefable de Teresa Gracia; la supervivencia de la memoria de Blai Bonet; y el compromiso con los escondrijos de Joseba Sarrionandía".
[La Vanguardia, 20-11-92]

 

"Este libro debe entenderse como una película rodada en ocho milímetros, donde cada autor se convierte en actor de sí mismo". [Manuel de Lario. El Periódico de Aragón, 16-02-93]

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